Maravillosas noticias con once hombres
liberados de Guantánamo y reubicados en Omán
7 de enero de 2025
Andy Worthington
Los once hombres liberados de Guantánamo y reubicados en Omán. Fila
superior, de izquierda a derecha: Moath Al-Alwi, Khaled Qassim, Tawfiq
Al-Bihani, Hani Saleh Rashid Abdullah, Uthman Abd Al-Rahim Muhammad Uthman. Fila
intermedia: Sharqawi Al-Hajj, Abdulsalam Al-Hela, Sanad Al-Kazimi, Suhayl Al-Sharabi,
Zakaria Al-Baidany. Fila inferior: Hassan Bin Attash.
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En lo que será recordado para siempre como un día verdaderamente importante en la larga y sórdida historia de Guantánamo, el
gobierno de Biden ha liberado a once prisioneros yemeníes, volándolos de
Guantánamo a Omán para resumir sus vidas después de más de dos décadas sin
cargos ni juicio bajo custodia estadounidense; en su mayoría en Guantánamo,
pero, en algunos casos, por varios años previos en ‘sitios negros’ de la CIA.
Todos los hombres han sido detenidos entre dos y cuatro años desde que fueron unánimemente aprobados para ser liberados por un
proceso de revisión gubernamental de alto nivel y, en un caso distante, quince
años.
Un acuerdo para liberarlos en Omán fue arreglado en octubre del 2023, pero fue cancelado al último minuto cuando un avión que ya
estaba en la pista, por lo que fue descrito, cuando salió la
historia en mayo del año pasado, como las “ópticas políticas” de liberarlos
cuando los ataques en el sur de Israel acababan de suceder — aunque Carol
Rosenberg, escribiendo para el New York Times acerca de las liberaciones el día de ayer,
sugirió que “objeciones congresistas llevaron al gobierno de Biden a abortar la misión”.
Rosenberg también explicó que, cuando el plan de reubicación fue abortado en octubre del 2023, los prisioneros “habían tenido
entrevistas de salida con representantes del Comité Internacional de la Cruz
Roja y los guardias se habían llevado los objetos personales que viajarían con
ellos” y es difícil imaginar qué tan aplastante fue la decepción cuando su tan
esperada libertad fue retirada al último momento.
Las noticias retrasadas de ayer hacen enmiendas por esa decepción y dan, también, un raro aspecto positivo al legado del presidente
Biden. También es un tributo acorde a Tina Kaidanow, la ex embajadora que fue
nombrada, por Biden, como Representante Especial para los Asuntos de Guantánamo
en agosto del 2021 “responsable de todos los asuntos pertinentes a la
transferencia de detenidos desde la bahía de Guantánamo a terceros países”.
La Srita. Kaidanow había arreglado el acuerdo de reubicación y, como explicó Carol Rosenberg, “mantuvo el acuerdo viable a
través de negociaciones, viajes y reuniones tanto con el gobierno
estadounidense como con el país recipiente”, según un oficial del Departamento
de Estado. Tristemente, murió en octubre sin haber visto los frutos de su arduo trabajo.
He hecho campaña específicamente para la liberación de estos hombres por dos años, con posters mostrando desgraciadamente cuánto
tiempo han estado detenidos desde que las decisiones se tomaron para aprobar su
liberación. Actualizo estos posters cada mes y les hago publicidad como parte
de las
vigilias mensuales globales coordinadas para el cierre de Guantánamo
que establecí en febrero del 2023 que se llevan a cabo en EE.UU. y alrededor del mundo.
Lo hice porque era obvio para mí que el gobierno de Biden podría no priorizar liberarlos, porque no tenían obligación legal alguna
para hacerlo. Esto es porque los procesos de revisión utilizados para
aprobarlos para liberación, establecidos bajo Obama, fueron puramente
administrativos, lo que significa que su liberación fue, en una manera crucial,
sólo por capricho de la rama administrativa, una situación que no debería de
haber sucedido en un país fundado en base a haber derrocado las
extralimitaciones del rey británico hace casi 250 años.
El hecho de que los medios covencionales no tomaran interés alguno en esto, permanece como una marca negra en su contra, como si,
tristemente, todo demasiado típico, han mostrado raramente interés en los
varios crímenes cometidos en su nombre, a lo largo de muchos años, como el
último bastión de la brutal ilegalidad de la “guerra contra el terror”
declarada por el gobierno de Bush después de los ataques del 11/9.
Esto fue a pesar del hecho de que, en el 2023 varios
Relatores Especiales de la ONU y Grupos de Trabajo específicamente
condenaron a la administración de Biden por el continuo manejo de un centro
plagado de detención
arbitraria y en donde los mecanismos para el encarcelamiento constituían
trato cruel, humano y degradante, posiblemente al nivel de tortura y también involucrando posiblemente crímenes de lesa humanidad.
Después de que Biden perdiera la elección contra Donald Trump, la presión para asegurar la
liberación de estos hombres antes de que deje el poder se convirtió en un punto
de creciente urgencia para los activistas, porque, de otra manera, estarían
enterrados vivos nuevamente en Guantánamo, como lo estuvieron durante el primer
mandato de Trump.
Trabajé con otros activistas en cartas
para Biden que fueron firmadas por 140 académicos, políticos,
organizaciones de derechos humano y ex prisioneros, pero, al final, estoy feliz
de mencionar, que cuando cuatro prisioneros fueron
liberados el mes pasado, incluyendo dos hombres que habían sido aprobados
por mucho tiempo para ser liberados,
quedó claro que, detrás de bambalinas, los oficiales de la administración de
Biden habían estado trabajando por meses en su liberación, como fue el caso,
ahora parece claro, con el avivamiento del acuerdo de Omán, con todos esos
arreglos realizados con años de trabajo que Tina Kaidanow dedicó para cumplir
con el difícil trabajo que le fue presentado.
¿Quiénes son los once hombres liberados?
Debido a la indiferencia general de los medios mainstream a las identidades de los hombres detenidos en Guantánamo, parecería
poco probable que el reportaje de los medios alumbre una luz sobre quiénes son
estos hombres detenidos por más de dos décadas sin cargos ni juicio. En un
intento de penetrar las sombras de la indiferencia, publiqué sus perfiles a
principios de este año, así que, por favor, sigue los enlaces para ver sus
historias, presentadas con más detalle del que encontrarás en alguna otra parte — Uthman Abd Al-Rahim Muhammad
Uthman, Hani Saleh Rashid Abdullah, Tawfiq Al-Bihani, Abdulsalam Al-Hela y Sharqawi
Al-Hajj, Moath Al-Alwi y Zakaria
Al-Baidany, Suhayl Al-Sharabi, Khaled Qassim, Hassan Bin Attash y Sanad Al-Kazimi.
Incluidos están dos artistas — uno de los cuales, Moath Al-Alwi, ha trascendido la indiferencia
general de los medios al convertirse en alguien reconocido internacionalmente, por lo menos en círculos artísticos, debido a su
talento para construir impresionantes barcos tridimensionales hechos de
materiales reciclados. El otro artista, Khaled Qassim
(también conocido como Khaled Qasim), ha mantenido un perfil bajo, pero su trabajo de escultura y sus cuadros laqueados —
a menudo astutamente políticos — también han atraído el interés de artistas
alrededor del mundo. Atraído por su historia, escribí y grabé una canción acerca
de él, “prisionero eterno”, que puedes escuchar aquí.
Los otros incluyen a Abdulsalam Al-Hela, un prominente hombre de negocios y
líder de tribu en Yemen cuyo encarcelamiento injusto, después de ser
secuestrado en un viaje de negocios a Egipto, atrajo gran cantidad de
seguidores en su país, Tawfiq Al-Bihani, aprobado para ser liberado hace 15
años, debería haber sido liberado hace 8, pero no le permitieron subirse al
avión al último minuto, sin explicación alguna; Zakaria Al-Baidany, secuestrado
por los rusos en Georgia, quien no estuvo en contacto con su familia por los
primeros 14 años de encarcelamiento y Hassan Bin Attash, el hermano más joven
de uno de los hombres todavía detenidos, acusado de estar involucrado en los
ataques del 11/9. Hassan tenía sólo 17 años cuando fue secuestrado y enviado a
ser torturado en Jordania, pero su pesadilla, que duró más de la mitad de su
vida, principalmente sólo por supuesta culpa por asociación.
Por favor lee los perfiles para descubrir más acerca de estos hombres, porque merecen más que la deshumanización a la cual han sido
tan persistentemente sujetos por tanto por sus captores estadounidenses. Todos
tienen — o tenían esperanzas y sueños y muchos, sino es que todos, se han
esforzado por salvar algo positivo de sus horribles experiencias, que, a muchos
de nosotros, estoy seguro, nos cuesta trabajo imaginar.
¿Quiénes siguen detenidos?
Con estas liberaciones, quedan únicamente 15 hombres
detenidos en Guantánamo, aunque otros deberían ser liberados antes de que Biden
deje el poder, poque tres de estos 15 hombres — Muieen Abd Al-Sattar, un rohingya
sin país, Guled Hassan Duran, un somalí, e Ismail Ali Bakush, libio — han sido aprobados por un largo tiempo para
ser liberados; por 15 años en el caso de Muieen Abd Al-Sattar, quien se ha negado a participar con las autoridades y
nunca ha sido representado por un abogado.
El gobierno estadounidense también continúa deteniendo a tres “prisioneros eternos” — hombres jamás acusados, pero tampoco aprobados
para ser liberados. El gobierno de Biden debería tomar medidas para resolver los
casos de estos tres hombres y el fracasar en hacerlo significa que la
persistente mancha de detener hombres de manera indefinida sin cargos ni juicio
continuará a extraer su veneno en el futuro de Estados Unidos, como será si no
los tres hombres aprobados para ser liberados desde hace largo tiempo no son
liberados en los próximos 12 días.
Dos de los “prisioneros para siempre” son relativamente desconocidos — Abu Faraj Al-Libi, un libio y Muhammad Rahim, un afgano, ambos detenidos como “prisioneros de alto
valor” y previamente encarcelados en “sitios negros” de la CIA — pero el
tercero es una causa célebre en el campo de los abusos de derechos humanos por
parte de EE. UU en la “guerra contra el terror”: Abu Zubaydah, criado en Arabia
Saudita con padres palestinos, que fue la primera víctima del programa de
tortura de la CIA post 11/9, pero que jamás ha sido acusado porque Estados Unidos se ha retractado completamente de
sus acusaciones iniciales de haber sido el “número tres de Al-Qaeda”.
Un libro y documental desgarrador
han sido escritos y realizados acerca del caso de Abu Zubaydah y, en el 2023,
el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detención Arbitraria, emitió una devastadora opinión condenando
su encarcelamiento como arbitrario, haciendo un llamado para su liberación, que
también fue la fuente, como mencioné anteriormente, de una “grave preocupación”
expresada de que la mera base del sistema de detención en Guantánamo —
involucrando “extendido o encarcelamiento sistemático u otra severa privación de
libertad en violación a las reglas principales de la ley internacional" —
“podrían constituir crímenes de lesa humanidad”.
En junio del 2024, en su última audiencia de revisión administrativa, sus abogados mencionaron en tentador prospecto
de negociaciones sostenidas para su liberación a un país no mencionado que
pudiera “monitorear sus actividades de manera indefinida”, pero nada más se ha
escuchado acerca de esta propuesta.
Y de los otros nueve hombres, todos son, por decir algo, parte de un sistema que es legal más que “administrativo”, aunque ese
sistema, las comisiones militares, ha sido tenso por los problemas desde fue
soñado en noviembre del 2001 por el entonces vicepresidente Dick Cheney como
una manera de utilizar supuesta evidencia derivada de tortura para intentar
enjuiciar y ejecutar a “detenidos” secuestrados y violados acusados de terrorismo.
Cancelada y revivida dos veces — en el 2006 después de que la arrogancia de Cheney se enfrentara con la apropiada resistencia de la
Suprema Corte y en el 2009, bajo el presidente Obama — las comisiones habían,
sin embargo, luchado para sobrepasar la sombre de la tortura que siempre colgó
sobre ellas y que son, como siempre ha sido obvio, incompatibles con la
búsqueda de justicia.
Hasta cierto punto, todos los nueve hombres en el sistema de comisión militar están atrapados en un territorio moral y legalmente
tenso en donde la tortura se encuentra y ultimadamente corroe la justicia. Sólo
uno de los nueve, Ali Hamza Al-Bahlul, ha sido convicto pero, de manera cruel e
inintencional, está cumpliendo
una condena perpetua en confinamiento solitario. Otro, Abd Al-Hadi
Al-Iraqi, el prisionero con la peor discapacidad física de Guantánamo, acordó
a un acuerdo negociado pero ahora tiene que pelear en un tribunal, para
evitar ser repatriado a Irak, en donde las autoridades estadounidenses no
pueden garantizar que se encuentre seguro o que su enfermedad de columna, degenerativa e incurable — que ha
empeorado en Guantánamo debido a la falta de tratamiento médico adecuado
disponible en la prisión — pudiera ser tratada de manera apropiada.
De los otros siete, cinco están acusados de estar involucrados en los ataques del 11/9, pero su persecución se ha visto atascada
en audiencias pre juicio desde el 2012. Uno, Ramzi Bin Al-Shibh, se encuentra
en un limbo legal después de que la Junta de Sanidad del Departamento de
Defensa dijera que estaba mentalmente
incapacitado para ser enjuiciado, mientras que otros tres, incluyendo el
supuesto autor intelectual Khalid Shaykh Mohammad, están atrapados entre peleas
indecorosas entre la autoridad conveniente de las comisiones, que acordó a los
acuerdos negociados el año pasado que quitaban la pena de muerte de la mesa en
sus casos y el secretario de la defensa saliente, Lloyd Austin, quien ha, de
manera poco exitosa
hasta ahora, tratado de rescindirlos.
Mientras tanto, el quinto hombre Ammar Al-Baluchi, continúa a retar la base de su encarcelamiento al
mismo tiempo que otros dos, Abd Al-Rahim Al-Nashiri, también atrapado en lo que
parecen audiencias sin fin y cuya liberación fue solicitada por el Grupo de
Trabajo de la ONU sobre Detención Arbitraria en el 2023 y Riduan Isamuddin (conocido
como Hambali), continúan esperando juicios cuya viabilidad sigue pareciendo estar
muy en duda.
Celebrando la liberación de once yemeníes
Estaré escribiendo más acerca de todos los prisioneros liberados en Guantánamo en las semanas y meses por venir, pero, por
ahora, quisiera cerrar pidiéndonos a todos tomar un momento para pensar acerca
de los once hombres que han tenido su libertad restaurada y reflejar en las
palabras de George M. Clarke, quien representa a dos de ellos, Tawfiq Al-Bihani y Hassan Bin Attash.
Hablando con el New York Times, Clarke agradeció a Omán por
recibir a estos hombres, no sólo porque, como explicó, es “culturalmente
compatible, pero también porque, en base a un previo programa de reubicación
bajo Obama, “les dan una libertad razonable y están propiamente integrados en
la sociedad en una manera exitosa. Eso es lo que hace que funcione la reubicación”.
Clarke añadió que estos hombres están “emocionados de reunirse en un mundo de celulares y acceso al internet”, como describió Carol
Rosenberg y declaró que “Ellos quieren vivir sus vidas. Quieren
casarse. Quieren tener hijos. Quieren un trabajo y vidas normales”.
Mientras que una sombra todavía cuelga sobre estos
hombres, porque aquellos que fueron reubicados bajo Obama fueron
repatriados de manera inesperada a Yemen este verano, tal vez para
hacer espacio para las nuevas llegadas, parece improbable que esta sombra haga
mucha sombre ahora con los hombres que están probando su libertad por primera
vez en el S. XXI y les envío mis mejores deseos mientras comienzan a
reconstruir sus vidas.
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